Sistema endocrino
 

Durante la adolescencia, el aparato locomotor sufre importantes cambios. Por una parte, se desarrollan los músculos, especialmente en los chicos. Por otra, en ambos sexos se produce el crecimiento final de los huesos, que termina cuando se han osificado por completo. Al llegar a la edad adulta, el ser humano tiene aproximadamente 206 huesos, ya que muchos se sueldan a lo largo del crecimiento. 

En esta etapa es importante alimentarse correctamente para favorecer el crecimiento y adquirir el hábito de adoptar posturas correctas, que evitará lesiones  o deformaciones en la columna.

A lo largo de esta etapa, se pueden poteniciar bastante algunas enfermedades que guardan relación con el sistema endocrino. Como sabemos, las hormonas se producen en la cantidad adecuada para efectura su acción fisiológica, y se dejan de segregar en el momento en que ya no es necesario seguir realizando esta función. No obstante, en determinados casos, por una anomalía en el funcionamiento del sistema endocrino, la producción de hormonas puede alterarse, aumentando o disminuyendo su fabricación y por tanto se origina un estado patológico.

Se habla de hiperfunción de una determinada glándula endocrina cuando esta produce más hormona de lo normal, y de hipofunción cuando la glándula endocrina segrega menos cantidad de lo habitual. Ambas alteraciones pueden ocasionar anomalías metabólicas en nuestro organismo, y causar las denominadas enfermedades endocrinas.

La diabetes mellitus es una forma común de esta enfermedad, causada porque el páncreas produce poca insulina; esto hace que la concentración de glucosa en sangre se eleve después de las comidads. Una concentración alta de glucosa puede producir daños graves en el organismo. Esta concentración puede controlarse con la administración periódica de insulina. 

El hipertiroidismo consiste en que la glándula tiroides aumenta su tamaño, lo que da lugar al bocio; además, secreta demasiada tiroxina, que activa el metabolismo. Los síntomas son fiebre, sudoración, taquicardia, tensión arterial elevada, nerviosismo, irritabilidad e insomnio.

La enfermedad contraria es el hipotiroidismo: en este caso, el tiroides produce menos hormonas, la tem

peratura corporal disminuye, la persona aumenta de peso y presenta apatía, cansancio y somnolencia. En algunos casos, la administración de tiroxina restablece la normalidad y , en otros, basta con el consumo de sal yodada.

El gigantismo y el enanismo hipofisario son debidos a una alta y baja producción, respectivamente, de la hormona del crecimiento en el período de desarrollo en longitud de los huesos. Como consecuencia, resultan personas de estatura anormalmente altas o bajas, aunque su cuerpo es proporcionado.